Implicación en el proyecto

En el ámbito de la comunicación sanitaria es común encontrar tres tipos de actitud de los profesionales sanitarios a la hora de relacionarse con los medios de comunicación. Por un lado, se encuentran aquellos profesionales sanitarios proactivos, que se sienten a gusto hablando con los periodistas y que les gusta aparecer en los medios de comunicación.

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Formar e informar

Éste ha sido y es uno de los lemas que más nos aplicamos en Docor Comunicación. Cuando lo esgrimimos, en no pocas ocasiones surge el debate sobre si esas dos funciones de la comunicación se deben aplicar al trabajo de una agencia como la nuestra. Un debate interesante.

En este caso, como profesional de las relaciones públicas, lo tengo muy claro. Nuestro primer deber como publirrelacionistas es proporcionar a nuestros públicos información, debidamente contrastada, veraz, ética y que contribuya al mejor entendimiento de nuestro cliente con sus públicos.

Sin embargo, y esto es una opinión personal, creo que tenemos una especie de responsabilidad en, a la vez, formar a los destinatarios —instrumentales o finales— de nuestros mensajes. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que nuestros contenidos contribuyen a la formación de la opinión pública y, por lo tanto, influyen en la conformación de la cultura popular. Por lo tanto, contribuir a la mejora de la cultura es algo que, si no es una obligación, si es algo muy recomendable y, moralmente, para muchos, un deber. Se puede llegar a pensar que es una especie de acción de “responsabilidad social informativa” que la agencia de comunicación tiene con la sociedad.

Pero esto no acaba aquí. Todos recordamos el famoso eslogan “informar, formar y entretener”. Entonces, ¿qué pasa con el entretenimiento?

Quizá lo más habitual en acciones con medios de comunicación es la difusión neutra, limpia, “aséptica” de mensajes; como los teletipos de las agencias de noticias en el caso de la información escrita. Aunque a nadie se le escapan las virtudes del entretenimiento para la difusión de mensajes. No se puede olvidar que las relaciones públicas se orientan en muchas ocasiones a la comunicación persuasiva de masas y, en este sentido, el entretenimiento es una herramienta demasiado valiosa como para dejarla de soslayo. ¿Alguna vez se ha fijado en que muchas veces la mejor forma en la que los niños aprenden algo es a través del juego (entretenimiento)? Por algo será.

Así pues, para mí, “formar e informar”, sí; y “entretener”, siempre que sea aconsejable.

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