En el tiempo que llevo trabajando con farmacéuticos (no es tampoco mucho, no les voy a engañar), no he dejado de escuchar que ellos son algo más que meras máquinas de dispensación de medicamentos. Que, al igual que médicos y enfermeras, son agentes sanitarios. Sin embargo, en la calle, mucha gente piensa, e incluso expresa en palabras, que los farmacéuticos son tenderos y que lo único que hacen es venderte sus productos a través de sus encantos, como lo haría una guapa dependienta de Zara (contra las que nada tengo, más bien al contrario), y con el único fin final de hacer asomar los ‘verdes’ (los azules son mejores ahora) entre los huecos de la caja registradora.
No obstante, me atrevo a decir que esta imagen dista mucho de la realidad, al menos desde lo que yo he podido vivir. Y me parece justo (y un buen momento, con la que está cayendo) romper una lanza en su favor. En mi quehacer diario con dos de nuestros clientes relacionados con este sector, como son el Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia y la Fundación Pharmaceutical Care, he podido ver no sólo el ‘currelo’ (y me van a permitir esta expresión, porque me parece que indica más ahínco), sino también las ganas y la ilusión con la que la mayoría trabaja cada día en mejorar su actividad, en saber más sobre los problemas cotidianos de salud que nos afectan, y, sobre todo, en las posibilidades que desde la farmacia tienen para ayudarnos. Pocos sectores (y lo sé a ciencia cierta, no en vano soy periodista y ya saben todo lo que sabemos…) llenan los cursos y las jornadas formativas de trabajadores que sacan tiempo de donde sea para poder acudir.
Y si hay algo, además, que me parece de admirar, es el respeto que muestran hacia sus ‘colegas’, los otros agentes sanitarios. Tanto médicos como enfermeras, y las ganas que tienen de afianzar unas relaciones fluidas con ellos, siempre en pos del beneficio de los pacientes. Y para muestra, un botón. Un botón en el que están involucrados estos dos clientes ya mencionados: el Congreso Nacional de Atención Farmacéutica, que la Fundación organiza en Bilbao en 2013 de la mano del COFBi y, y he aquí a lo que me refiero, con la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Médicos y farmacéuticos unidos para revalorizar la labor del farmacéutico en el cuidado de los pacientes, cada uno desde su parcela, pero los dos con el mismo objetivo.
Es por esto que creo que ya va siendo hora de darle al César lo que es del César, y si bien es cierto que los farmacéuticos venden, bien cierto es también que ofrecen salud, y, oigan, a la vuelta de la esquina y sin listas de espera…
Además (les voy a confesar), por primera vez Docor Comunicación colabora en este congreso desde las raíces, es decir, participando en el comité organizador, personalizado en la figura de nuestro director, Alvaro Ortega (@AlvaroOrtegaAlt). Así que, próximamente, si les parece, les iré contando más sobre los entresijos de la organización de un evento de tal magnitud (estando nosotros ahí, no podía ser menos ;-)).