Formar e informar

Éste ha sido y es uno de los lemas que más nos aplicamos en Docor Comunicación. Cuando lo esgrimimos, en no pocas ocasiones surge el debate sobre si esas dos funciones de la comunicación se deben aplicar al trabajo de una agencia como la nuestra. Un debate interesante.

En este caso, como profesional de las relaciones públicas, lo tengo muy claro. Nuestro primer deber como publirrelacionistas es proporcionar a nuestros públicos información, debidamente contrastada, veraz, ética y que contribuya al mejor entendimiento de nuestro cliente con sus públicos.

Sin embargo, y esto es una opinión personal, creo que tenemos una especie de responsabilidad en, a la vez, formar a los destinatarios —instrumentales o finales— de nuestros mensajes. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que nuestros contenidos contribuyen a la formación de la opinión pública y, por lo tanto, influyen en la conformación de la cultura popular. Por lo tanto, contribuir a la mejora de la cultura es algo que, si no es una obligación, si es algo muy recomendable y, moralmente, para muchos, un deber. Se puede llegar a pensar que es una especie de acción de “responsabilidad social informativa” que la agencia de comunicación tiene con la sociedad.

Pero esto no acaba aquí. Todos recordamos el famoso eslogan “informar, formar y entretener”. Entonces, ¿qué pasa con el entretenimiento?

Quizá lo más habitual en acciones con medios de comunicación es la difusión neutra, limpia, “aséptica” de mensajes; como los teletipos de las agencias de noticias en el caso de la información escrita. Aunque a nadie se le escapan las virtudes del entretenimiento para la difusión de mensajes. No se puede olvidar que las relaciones públicas se orientan en muchas ocasiones a la comunicación persuasiva de masas y, en este sentido, el entretenimiento es una herramienta demasiado valiosa como para dejarla de soslayo. ¿Alguna vez se ha fijado en que muchas veces la mejor forma en la que los niños aprenden algo es a través del juego (entretenimiento)? Por algo será.

Así pues, para mí, “formar e informar”, sí; y “entretener”, siempre que sea aconsejable.

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La rueda de prensa, gran herramienta de comunicación

Hoy estoy de aniversario. Un feliz aniversario. Hace 365 días que Docor Comunicación me abrió sus puertas para dar lo mejor de mí. Sin ningún tipo de edulcorantes y aditivos el balance es: Positivo, muy positivo. (Lo prometo). Si me preguntaran con qué me quedo de esta nueva andadura podría empezar a hablaros de los buenos ratos y de lo mucho que estoy creciendo a nivel profesional y personal, pero no procede. (Aunque es verdad, y de la buena).

Respondiendo a la supuesta pregunta, me quedaría con las ruedas de prensa. Para un periodista de vocación como yo ahí se encuentra una de las esencias del periodismo puro, aunque a veces, como veréis más adelante, es difícil que el arte de preguntar e informar fluya. No es lógico.

Muchos la conocen como conferencia de prensa, aunque esta designación no es del todo acertada si lo que se quiere es obtener un diálogo directo con los medios de comunicación. Y es que la conferencia de prensa no admite preguntas y sólo permite el lanzamiento de un mensaje sin posibilidad de réplica.

La rueda de prensa, por suerte, lleva consigo la posterior respuesta a las preguntas planteadas por los periodistas en pos de una comunicación multidireccional, clara, y sin censuras, que ayude a informar de forma clara sobre el asunto presentado en la convocatoria.

En Docor Comunicación llevamos muchas ruedas de prensa a nuestras espaldas y sabemos que este tipo de actos no se hacen al azar. Una rueda de prensa no se hace por cualquier motivo: Cualquier mensaje no vale. Somos conscientes de que una rueda de prensa no es una conferencia, ni una fiesta. Es un acto serio en el que la información es de suficiente interés como para que nuestros clientes necesiten de la presencia directa de la prensa.

Cuando tenemos claro que un mensaje es “merecedor” de ese contacto con los medios de comunicación –previo diagnóstico y valoración del equipo de Docor Comunicación- nos ponemos en marcha.

Trabajamos con el experto en el mensaje a difundir y le ayudamos a que éste sea claro, preciso y conciso con el objetivo primordial de que sea bien entendido. Para ello, además, elaboramos un escrito informativo que repartimos a los periodistas para que tengan la información de un vistazo. Al margen de la configuración del mensaje, hay una cuestión que no se puede dejar de lado: La sala de prensa. Puedes tener la mejor información del mundo mundial, y el mejor ponente del universo, pero si no tienes un espacio lo suficientemente bueno y adecuado para dar cabida a los reporteros, fotógrafos, etc, la rueda de prensa puede convertirse en un “Sálvese quien pueda”.

En mi trayectoria profesional, me he encontrado con diversas ruedas de prensa en las que, por desgracia, no se podía trabajar por el tamaño de la sala y la cantidad de periodistas congregados.

Precisamente, “la gran magia” de la rueda de prensa –el no saber cuántos periodistas van a acudir en respuesta a tu llamada- hace que algo tan simple como unas sillas o una mesa sean imprescindibles para que los periodistas desempeñen su labor en las mejores condiciones posibles. No hay que olvidar que para muchos de ellos sus oficinas de trabajo son estos espacios que nosotros creamos. No es lógico que nos tiremos piedras contra nuestro propio tejado.

El gran ‘smartphone’ de las agencias de comunicación

Hace menos de un mes que en Docor Comunicación hemos decidido prescindir de los kilos de papel que, a diario, llenaban estanterías y armarios. Se trata de las más de quince periódicos, entre generalistas, especializados y locales, que recogíamos a diario en el kiosko, y que ahora lo hacemos desde los distintos kioskos virtuales.

Desde la agencia apostamos por las nuevas tecnologías, y hemos decido dar el salto a las publicaciones digitalizadas. Gracias a esta migración, hemos ganado en espacio y en orden, así como favorecido, en la medida de nuestras posibilidades, al medio ambiente. Hemos conseguido del mismo modo ahorrar cerca de 4.500 euros al año. Una medida en el control del gasto que desde la dirección han apreciado mucho, y recompensado a sus trabajadores por su actitud abierta a adaptarse a las nuevas tecnologías. Gracias a ello, y más en estos tiempos de crisis, hemos conseguido también mantener nuestra fidelidad a todos los diarios que, durante tantos años, hemos comprado en el kiosko, y que ahora podremos seguir haciéndolo de forma digital.

Existe una serie de ventajas indirectas que también favorecen la labor diaria de la agencia. Hemos reducido el uso, y por tanto el desgaste, del escáner manual, y con ello el tiempo necesario para elaborar el dossier diario de medios. La impresora ha quedado al fin liberada, ya que al ser también escáner, se saturaba con cierta facilidad a primera hora de la mañana.

El ahorro en tiempo no sólo viene del menor uso del escáner. El rastreo diario de los periódicos se hace ahora a través de Internet, fundamentalmente en las plataformas virtuales Kiosko y Más y Orbyt. Dichas aplicaciones incluyen una búsqueda más rápida y eficaz que la manual, ya que nos permite buscar noticias dentro de cada una de las cabeceras y de cada sección.

Por último, el resultado final es también mucho más práctico y útil que el que se conseguía hasta ahora. Los archivos pdf que obtemos ahora incluyen texto en el que, a diferencia de los escaneados, podemos restrear información dentro del documento. Se consigue además unos archivos más limpios, por su fondo blanco, y profesionales, ya que en estas plataformas online es posible seleccionar una superficie concreta dentro de cada página del periódico.

¿Y cómo tener los periódicos entonces, en todo momento, y en la palma de la mano? Aquí es donde entra el tablet, el auténtico artífice de esta revolución digital. En nuestro caso, un Samsung Galaxy Tab de 10.1 pulgadas con sistema operativo Android. El androide de Google, en casi todos sus tablets, es junto con el sistema operativo del iPad de Apple los únicos que disponen de las aplicaciones de Kiosko y Más y Orbyt desarrolladas exclusivamente para tablets.

La tablet es además estupenda herramienta comercial, que consigue unas presentaciones más dinámicas y eficaces ante nuestros clientes. Se acabaron los proyectores y los problemas derivados de las incompatibilidad de formatos. Se trata por último de uno de los gestores de tareas más cómodos que hay, muy útil para la labor comercial. Tenemos muy accesible y en todo momento la agenda, los contactos, la actualidad informativa, lo que se dice nosotros y hasta la información meteorológica. La tablet es para la agencia, sin duda, lo que los smartphones son para los que la componemos.

Palabras para un bautismo de fuego

El viejo científico de Belfast, William Thomson, barón de Kelvin, predijo, con toda alegría, que la radio no tiene futuro, los rayos X resultarán una farsa y las máquinas voladoras más pesadas que el aire son imposibles. He ahí el terrible efecto de las palabras, su capacidad para esclavizarte: uno de los grandes padres de la física moderna, el creador de escala de temperatura Kelvin, pasa a la historia como un ciego profeta, un  hombre incapaz de ver más allá. ¿Quién o qué le han llevado hasta ese lugar inmerecido? El viento de la comunicación, ese fenómeno atmosférico de las relaciones humanas irreversible, transformable e inevitable. Comunicar, comunicarse, es una pasión tempestuosa, uno de esos idilios febriles que se resumen en una frase clásica: ni contigo, ni sin ti.

Hoy, en el bautismo de fuego de este blog, habrán de medirse, con cautela pero sin miedo, las palabras que se usen. No en vano, el 2.0 no es ya un viento, es la tempestad que esparce ideas y pensamientos por toda la tierra, el heraldo que trae y lleva noticias a velocidades inimaginables. En ese torbellino de palabras hay que hacerse con sólidas armaduras que nos fortalezcan, con herramientas que permitan que nuestro mensaje se escuche entre tanto ruido. Hay que buscar una voz propia.

Mucho por comunicar

El hombre no inventó la palabra para que yaciera muerta en un diccionario. Ya el viejo filósofo inglés Ralph W. Emerson dejó escrita una sentencia que aún hoy, y en tiempos venideros, tiene y tendrá vigencia: el hombre no es más que la mitad de sí mismo: la otra mitad es su expresión. Expresarnos, y expresar lo que otros hombres y mujeres piensan, ese es el primer desafío de este blog.

Como gente versada en la comunicación –al menos en unas cuantas fórmulas de comunicación: hay miles…– sabemos que dos monólogos no hacen un diálogo. Sobre los pilares de esta vieja expresión, sobre la idea de que comunicándonos nos enriquecemos, se levanta esta aventura del blog. Hablar y ser escuchados, que nos hablen y escuchar. Del intercambio de ideas surge la fortaleza.

Sobre ello y sobre uno de los grandes motores de todos los tiempos: la curiosidad, un arma que vence al miedo con más facilidad que el propio valor. Ser curiosos para abrir fronteras y ver cómo es el otro mundo, el distinto al nuestro; ser curiosos para saber qué piensan los demás de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que sentimos; curiosos para conocer el futuro antes de que llegue, para ensanchar los horizontes, para innovar y ser , antes que los primeros, los mejores. Curiosos para conocer al enemigo, al rival, al adversario. Curiosos para buscar compañeros de viaje, parejas de baile, amigos de confidencias. Ser curiosos para ser mejores.

Bienvenidos al blog de Docor Comunicación. Estáis en vuestra casa.