Una parte del mundo empresarial, sobre todo en la Pyme, observa el mundo del social media con una perspectiva parecida al primer baño del verano (al menos en las aguas norteñas del Cantábrico desde donde escribo): saben que probablemente al principio el agua estará fría y barruntan el mejor método para meterse. También saben que, más tarde o más temprano, tendrán que internarse en las aguas, ya que la gran mayoría de los bañistas lo están haciendo o piensan hacerlo en un futuro cercano. Y quedarse a merced del sol en la arena durante horas, sin refrescarse, puede no ser la mejor de las opciones (incluso en este Cantábrico donde el verano y el calor son algo caprichosos).
Finalmente, adivinando que pronto se acostumbrarán a la temperatura y el remojón se convertirá en una buena experiencia, caminan hasta una orilla lamida por las olas, de arena plana y mojada, y contemplan el rebozo de salitre. ¿Está su empresa preparada para entrar? Hágase antes cinco preguntas:
- ¿Por qué quiero meterme? Plantéese qué pretende conseguir: un incremento de ventas, mayor visibilidad para su trabajo, un acercamiento a sus clientes o nuevos contactos profesionales, por ejemplo. O una combinación de todo ello. El punto es que, igual que en el marketing tradicional, es necesario determinar muy bien los objetivos para delinear una u otra estrategia, aquí también deberá hacerlo. Ir pa’ná es tontería, que decía aquel.
- ¿Dónde me conviene estar? Cada minuto nacen virtualmente nuevas plataformas sociales en la red, cada una con sus propias características. Clavar una pica en cada uno de esos Flandes puede resultar agotador y poco productivo. No divida esfuerzos. Identifique las diferentes redes y sus características, y céntrese en las que mejor se acomoden a su actividad, tipo de empresa y objetivos. Para no fallar, comience por las tres grandes: Facebook, Twitter y LinkedIn.
- ¿Necesito una nueva web o un blog? Una de las cosas que harán las redes por su empresa es derivar tráfico a su página en Internet, así que convendría que ésta corriese pareja al ritmo de los tiempos, por decirlo de alguna manera. Aunque las redes forman parte también de la doctrina McLuhan –“el medio es el mensaje”- y son vehículos de comunicación totalmente equipados, un blog o un gestor de contenidos web le ayudarán a ofrecer contenido propio –esmérese en hacerlo de calidad y dotarlo de utilidad- que le reportará un alza en la atención sobre su identidad virtual y en la posición que ocupa en su sector.
- ¿Debo completarlo con otras técnicas? No lo descarte. Hay vida más allá del banner publicitario, y el marketing online puede hacer que su imagen 2.0 cabalgue a lomos de un veloz alazán por las praderas digitales. Tanto la publicidad en redes –Facebook, por ejemplo-, como los anuncios patrocinados de Google o la optimización de su página web para motores de búsqueda pueden convertirse en grandes aliados.
- ¿Cómo lo hago? Como todo en la vida, hay dos opciones: puede hacerlo usted mismo o recurrir a un profesional. Si opta por el do-it-yourself, sea curioso e investigue online las tendencias del social media, un magma en constante ebullición. No está de más tomar algún curso; manos a la obra y suerte. Y si decide optar por un profesional, dado que confía más en su experiencia o si la actividad empresarial absorbe por completo su tiempo, elíjalo bien. Busque alguien que sepa tanto de redes y herramientas digitales como de marketing y comunicación. Sobre todo –muy importante- explíquele bien lo que quiere, déjese aconsejar, y enséñele perfectamente quién es usted y lo que hace su empresa.
Que tenga un buen baño. Seguiremos hablando.