Comunicación Solidaria

Recientemente he aprendido un valor más que posee la comunicación.  Como bien han ido apuntando mis compañeros en sus respectivos post, darse a conocer es quizás la herramienta más importante de una empresa, institución, negocio, etc, porque por muy buen servicio que ofrezcas, si no lo sacas a la luz, es como si no lo tuvieras. No quiero parecer brusco, pero así lo siento.

Esta cualidad de notoriedad en la sociedad es una de las muchas y buenas cualidades que otorga una comunicación bien hecha. Y ahora, si me lo permitís,  añado a mi lista un atributo más: La solidaridad.

Calculo que desde hace más o menos medio año,  con frecuencia, los medios de comunicación sacan a la luz casos de niñ@s enferm@s por alguna patología cuyo tratamiento está al alcance de gentes con grandes cuentas corrientes.

ms3*vía niguelas.org

Me encantan este tipo de informaciones porque ayudan y consiguen hacer mella en los corazones de cientos de voluntarios que, sensibilizados con la causa, donan una cantidad de dinero para sufragar los costes de un determinado tratamiento. En una ocasión, un allegado me insinuó que las familias que «utilizan” a los medios para este tipo de fines eran unos oportunistas. Yo le dije: Ni son oportunistas, ni utilizan a los medios.

No se dio cuenta del valor de la comunicación. Una comunicación bien hecha, con cariño, y responsabilidad, puede ayudar, y mucho, a una persona con problemas. Comunicación solidaria. Un pasito más en comunicación.

Y lo digo por propia experiencia. Estas pasadas navidades ayudamos a Garikoitz, un niño de Barakaldo (Bizkaia) que sufrió un ictus y necesita dinero para ser tratado en una clínica especializada de Galicia. Los medios de comunicación asistieron a nuestra llamada y le dimos esa notoriedad que la familia del pequeño Garikoitz necesitaba.

Trabajar para ayudar. Dos palabras que pocas veces van de la mano y que la magia de la comunicación se encarga de unir.

La rueda de prensa, gran herramienta de comunicación

Hoy estoy de aniversario. Un feliz aniversario. Hace 365 días que Docor Comunicación me abrió sus puertas para dar lo mejor de mí. Sin ningún tipo de edulcorantes y aditivos el balance es: Positivo, muy positivo. (Lo prometo). Si me preguntaran con qué me quedo de esta nueva andadura podría empezar a hablaros de los buenos ratos y de lo mucho que estoy creciendo a nivel profesional y personal, pero no procede. (Aunque es verdad, y de la buena).

Respondiendo a la supuesta pregunta, me quedaría con las ruedas de prensa. Para un periodista de vocación como yo ahí se encuentra una de las esencias del periodismo puro, aunque a veces, como veréis más adelante, es difícil que el arte de preguntar e informar fluya. No es lógico.

Muchos la conocen como conferencia de prensa, aunque esta designación no es del todo acertada si lo que se quiere es obtener un diálogo directo con los medios de comunicación. Y es que la conferencia de prensa no admite preguntas y sólo permite el lanzamiento de un mensaje sin posibilidad de réplica.

La rueda de prensa, por suerte, lleva consigo la posterior respuesta a las preguntas planteadas por los periodistas en pos de una comunicación multidireccional, clara, y sin censuras, que ayude a informar de forma clara sobre el asunto presentado en la convocatoria.

En Docor Comunicación llevamos muchas ruedas de prensa a nuestras espaldas y sabemos que este tipo de actos no se hacen al azar. Una rueda de prensa no se hace por cualquier motivo: Cualquier mensaje no vale. Somos conscientes de que una rueda de prensa no es una conferencia, ni una fiesta. Es un acto serio en el que la información es de suficiente interés como para que nuestros clientes necesiten de la presencia directa de la prensa.

Cuando tenemos claro que un mensaje es “merecedor” de ese contacto con los medios de comunicación –previo diagnóstico y valoración del equipo de Docor Comunicación- nos ponemos en marcha.

Trabajamos con el experto en el mensaje a difundir y le ayudamos a que éste sea claro, preciso y conciso con el objetivo primordial de que sea bien entendido. Para ello, además, elaboramos un escrito informativo que repartimos a los periodistas para que tengan la información de un vistazo. Al margen de la configuración del mensaje, hay una cuestión que no se puede dejar de lado: La sala de prensa. Puedes tener la mejor información del mundo mundial, y el mejor ponente del universo, pero si no tienes un espacio lo suficientemente bueno y adecuado para dar cabida a los reporteros, fotógrafos, etc, la rueda de prensa puede convertirse en un “Sálvese quien pueda”.

En mi trayectoria profesional, me he encontrado con diversas ruedas de prensa en las que, por desgracia, no se podía trabajar por el tamaño de la sala y la cantidad de periodistas congregados.

Precisamente, “la gran magia” de la rueda de prensa –el no saber cuántos periodistas van a acudir en respuesta a tu llamada- hace que algo tan simple como unas sillas o una mesa sean imprescindibles para que los periodistas desempeñen su labor en las mejores condiciones posibles. No hay que olvidar que para muchos de ellos sus oficinas de trabajo son estos espacios que nosotros creamos. No es lógico que nos tiremos piedras contra nuestro propio tejado.